lunes, 11 de mayo de 2009

Los niños pijos



Nota: Si usted se considera un niño o niña pija sin el más mínimo criterio creativo y desempeña un cargo de influencia en la industria no siga leyendo. El post de hoy posee una carga extremadamente alta de prejuicios y críticas, relativamente injustas, realizadas sin más base que la de mi experiencia personal.


Es un tema que ya he tratado anteriormente, pero me temo que no será tampoco la última vez que lo haga. De vez en cuando, a uno le viene este resentimiento del proletariado que se le agarra el pecho y no le deja ni respirar. Hace unas semanas, el escritor Juan Marsé aseguraba que el gran problema del cine español era la falta de talento y cargaba especialmente las tintas contra los guionistas. Como no he leído ninguno de sus libros no le puedo devolver la pulla, pero imagino que él tampoco ha visto mis películas así que estamos en paz. El caso es que, de poco serviría que todos los guionistas del país nos fuéramos de la mano a hacer un curso intensivo durante un lustro con David Mamet, si en los despachos de las productoras / cadenas / distribuidoras de este país siguen en manos de esa raza tan oscura como entrañable que son LOS NIÑOS PIJOS.

Si nunca han estado en las tripas de donde se cuece el meollo les hago una breve descripción de cómo son el 90% de estas oficinas. Generalmente los pijos (de género masculino) son los que mandan. Por encima de ellos tienen a un gran pijo superior que nunca conocerán, pero que su estatus de poder le ha permito dar el paso de niño pijo a criador de nuevos niños pijos para que no se agote nunca la cantera. El siguiente en la pirámide, sobre el que recae la responsabilidad, suele ser un pijo relativamente joven de entre 30 y 45 años. Normalmente encorbatado. Normalmente con gafas. Normalmente con un buen bronceado. Normalmente con un hijo de menos de seis años. Normalmente con un chalet recién comprado por la zona de Boadilla, Majadahonda o Pozuelo.

Alrededor de él pululan un par de niñas pijas. Una mayor de 36 y otra en torno a los 24. La mayor siempre anda como con frío y se tapa los hombros con una pasmina. La más joven lleva el móvil colgado al cuello con una tira recuerdo del último festival que se ha tenido que chupar. Una de ellas es muy seca y la otra encantadora. Depende del sitio, el rol varía entre la joven y la mayor.

Mirar por las cristaleras del despacho no da muchas esperanzas. El resto de la oficina también está formada por niños pijos. Todos ellos han estudiado en las mejores universidades, han hecho los mejores masters y han pasado un año en el extranjero perfeccionando el inglés. En general, los pijos del cine y la tele son gente que curra bien. Están bien organizados y suelen formar una maquinaria bien engrasada. Entonces, ¿cuál es el problema? Pues que ellos deciden.

En sus manos está que una tele invierta en un guión o que una distribuidora apueste por determinada película con un buen número de copias y una campaña de publi decente que arrope al producto.

Unos han estudiado Empresariales, otros Marketing, otros vienen de la publi, alguno incluso ha hecho Comunicación Audiovisual (¡aleluya!), pero como los niños pijos tienen la enorme y envidiable suerte de tener contactos, no tardan mucho en encontrar un hueco en la tele/productora/distribuidora de turno. Es decir, pasan de la teoría a la práctica sin pasar por el infierno. De los algodones de la facultad y los masters posteriores a los algodones del despacho. ¿Los magnates de Leches Pascual han de conocer cómo se ordeñan sus vacas? ¿Tienen que saber los jefazos de Renault cómo se pone una rueda de repuesto? No necesariamente, pero eso les haría mejores profesionales o al menos más completos. Sobre si tienen una mínima cultura audiovisual eso ya, en un alarde de optimismo… quiero presuponérselo.

Paradójicamente, los niños pijos tienen una absurda atracción por el cine social. Les encantan las películas que hablan de gente pobre… de parados, de inmigración… ¿Tienen algún tipo de remordimiento de clase?

¿Se imaginan la cara que pondrían si aparece un servidor con proyectos 'frívolos' con chiguaguas que hablan, un tipo con garras de metal o un falso documental al estilo “Borat”? Me echarían en cuanto vieran el título en la portada. Sin embargo, si estos proyectos vienen del otro lado del océano la cosa cambia. En las cadenas matarían por hacerse con los derechos de emisión de estas pelis y en las distribuidoras pondrían (y ponen) toda la carne en el asador para colocar 900 copias y asegurarse que sus 37 carteles, de cada uno de los personajes, forren todas las marquesinas de la Península Ibérica.

En definitiva, es difícil encontrar niños pijos que entiendan el proceso creativo, que sepan hablarte de tú a tú de los problemas de un guión y que respeten y confíen en tu intuición y talento. Existir existen, pero posiblemente en la misma proporción que guionistas y directores extraordinarios. Por lo que sólo cuando unos y otros se encuentran es cuando surge la magia de verdad; la peli es una delicia, el público se entera de que existe esa película, la disfruta, todos ganan dinero y las hadas de Nunca Jamás ganan un par de alas extra.

Y miren… con este párrafo de conciliación y felicidad voy a acabar el post. Seguiría hablando, pero se me calienta el teclado y no respondo.


PD 1: Ah… Y estos son los niños pijos de los despachos. Otro día hablamos de los que escriben, dirigen y se forman en las escuelas de cine… esos también son finos.

PD 2: En un alarde de demagogia barata les diré… ¡Miren a este hombre! ¡Qué pobre fue y qué exitoso es ahora! ¡El poder para el pueblo!... y esas cosas...

15 comentarios:

Resentido dijo...

Sí, sí! Hable de los niños pijos de las escuelas de cine. Yo fui a una de esas escuelas, la cual tuve que pagarme trabajando previamente en cualquier cosa. I después de un tiempo de hasta ahora (año y medio) sólo he conseguido un curro en una publi de 3 días como aux.. de producción cuando he estudiado para desempeñar tares en el equipo de dirección. Quizás sea antisocial, no tenga el pijo-atractivo personal o quizás es que no sea el mejor en el curro

El caso es que vista la trayectoria de algunos ex-compañeros de clase me cae la cara de vergüenza al ver que están desarrollando su carrera con cierto desagradecidos por que simplemente están cansados por haber salido la noche anterior hasta las y ahora les hacen trabajar. No entiendo como unas personas que no movían un dedo por los demás, cuando estaban subvencionados por sus papis, luego se permitían el lujo de criticar lo mal que va la sociedad y lo materialistas que éramos, yo también, al tener la intención de ganarme la vida trabajando en el oficio y no atacar el cine destinado a ser rentabilizado.

No lo entiendo. Bueno sí lo entiendo… los contactos.

Cuando algunos se ganaban una buena reputación a base del esfuerzo de su trabajo al colaborar con los demás y luego, lo que se ve al cabo del tiempo, es que llamaban a los compañeros más “Cool” para hacer algún trabajo. Unos compañeros que no sabían hacer nada mejor que decir lo artistas que eran… O quizás sí que sabían?

P.D. Perdón por la extensión pero también se me calienta el teclado y junto con lo resentido que estoy con el tema no respondo... tampoco.

W dijo...

No te falta razón, pero a Marsé tampoco. Aquí el más tonto hace relojes, y el que no sabe lo que quiere en la vida resulta que se muere por ser actor o por dirigir sus propios guiones.
El problema está en que aquí nadie tiene cultura, ni los niños pijos ni los que escriben ni los que ven. Ejemplo locuaz es lo que suele suceder con Almodóvar, que te puede gustar o no, pero que hace películas con ruedas y cimientos que llegan a cosechar incluso descalificaciones en cuanto hace algo arriesgado.
En definitiva, que somos analfabetos. Ahora la mayoría de guionistas andas por ahí hablando sobre la última de J.J. Abrahams. Tócate los huevos. Para hacer cosas que funcionen como lo que hace ese señor hay que tener una cultura que va mucho más allá que él.

Ros dijo...

hombre libros no te habrás leido de él pero alguna peli habrás visto de las que se han adaptado ¿no?

guionistaconrayban dijo...

En mis casos concretos, la del frío y la pasmina ha sido siempre la de 24 (además de la encantadora).

Los más überpijos de todos están en la distribuidoras (y en los gabinetes de prensa), todavía hay clases...

DIGAUSTÉQUESÍ dijo...

Desde las ruinas humeantes de una de esas oficinas, una que fue y ahora agoniza, debo decir:

¡QUÉ RAZÓN TIENES, PUÑETA!Y qué ganas de imprimir este post y repartirlo por donde yo me sé, cual si de octavilla se tratare.

Guionista Hastiado dijo...

Amén.

Y me autoenlazo a un post sobre el tema que escribí hará un par de años. Mucho menos divertido y acerado, claro.

http://elguionistahastiado.espacioblog.com/post/2007/01/06/los-ninos-papa-del-cine

Minaya dijo...

Pues... trabajo en una televisión nacional y mi jefe cumple todas las características que has comentado, con una excepción: no tiene un hijo menor de 6 años... tiene dos!

Mer dijo...

Jajajajaja, cuantas treinteañeras con pasmina he visto!!! son tremendas. Pero qué zapatos llevan las cabronas.

Luís Cerezo dijo...

Chico : eres mi ídolo

pat dijo...

Bueno, pues tendremos que formar nuestra propia Accion mutante...

Por suerte me libro bastante de los despachos pero al participar, de mayor o menor grado, en el resultado final y es frustante tener que pensar en lo que a esos pijos les mola para no tener que repetir tu trabajo. Mas que nada porque no obedece a razones meramente creativas.

El problema no es el pijerio, son las hojas de excell que se tienen por cerebro...

Espero el post sobre las escuelas con impaciencia (debo de ser una de las pocas personas que cree que le sirvio para algo)

Siento la falta de acentos...

pat dijo...

Repito el segundo parrafo ya que era ilegible...


Por suerte me libro bastante de los despachos pero al participar, en mayor o menor grado, en el resultado final, frustra basar algunas decisiones en lo que a esos pijos les mola para no tener que repetir tu trabajo. Mas que nada porque no obedece a razones meramente creativas.

Milgrom dijo...

Así es la vida en los despachos de que he conocido.

foroblogger dijo...

Lo de las oficinas una gran verdad, sus papas en las reuniones les buscan un buen sitio o sino un amigo del partido pero siempre tienes un estupido ser pendiente de ti en la oficina y un monton de buitres pululando...

pijoteros.blogspot.com

Anónimo dijo...

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