domingo, 22 de marzo de 2009

El decálogo para la pareja de un guionista (II)



Segunda parte de este decálogo imprescindible para comprender los defectos de un guionista sin morir en el intento…

6.- Los guionistas somos bastante cafres con el tema de los sueldos y tenemos cierta tendencia a dejarnos explotar. “Viven de ilusiones los tontos de los cojones”. Tú lo verás muy claro, pero por más que le adviertas de que determinada productora está abusando de su buena voluntad a él o ella le costará aceptarlo. El motor que nos empuja a seguir en esta mierda es la ilusión. Trabajar nos ilusiona y si perdemos eso… lo perdemos todo.

7.- Habrá fines de semana que se tire las horas muertas tecleando. A veces más por decisión propia que por obligación. Los sábados y los domingos no suena el teléfono y se respira una calma general bastante propicia. Pero no te desesperes, si tienes un poco de paciencia, gracias a su flexibilidad laboral, te puedes pegar unas escapaditas del copón bendito.

8.- En esas vacaciones no te sorprendas si se pasa la mitad del tiempo con la mirada perdida. En los viajes la mente de un guionista se dispara. El día a día nos condena a movernos por los mismos sitios y a sufrir a la misma gente. El mero hecho de alejarte unos kilómetros de la rutina diaria nos regala mil estímulos nuevos lo cual genera nuevas ideas. Lo dicho… “creativos full time”.

9.- Un guionista, por muy poco “artista” que parezca, es un tipo egocéntrico que le cuesta ver más allá de sus narices. No le malinterpretes. No se cree mejor que tú, sencillamente su mundo le engulle y muchas veces le cuesta estar a la altura en esos momentos delicados en los que necesitas a tu pareja. Asúmelo. En muchas ocasiones, si necesitas ayuda… tendrás que pedirla.

10.- Aunque no te lo diga ni te lo demuestre tanto porque tiene “la cabeza en otra cosa” posiblemente te quiera tanto como tú a él/ella. Para un guionista escribir no es un trabajo alimenticio. Para un guionista escribir es su vida y posiblemente sea lo único que sepa hacer. Así que no la cagues. Nunca le obligues a elegir entre su profesión o tú... casi con total seguridad saldrás perdiendo.


En definitiva, si estás dispuesta/o a aceptar semejante perla como pareja y comerte con patatas todos y cada uno de los 10 puntos del decálogo tienes un porcentaje muy gordo para que la convivencia sea un éxito. Los guionistas somos un poco cafres, pero en general somos peña entrañable, buena gente la mayor parte del tiempo y unos amantes espectaculares cuando les dejan. Comprendernos es querernos.

5 comentarios:

esquizofreniabilingüe dijo...

Espectacular post en dos partes... Se lo pienso pasar a mi novio. Y lo de elegir entre la pareja y el trabajo... ¡ay! Dolorosamente cierto.
Por cierto, enhorabuena por el blog. Te sigo desde hace meses y cada vez me gusta más.

Anónimo dijo...

Buenoooo me parece que nos conformamos un poquito con los propios defectos eh??? Partamos de la base de que pienso que un guionista es tan artista como un escritor (de hecho, lo considero un tipo de escritor), pero que la pasión de uno sea la escritura no justifica desatender el mundo real.
En general son unas condiciones bastante aceptables porque quien más y quien menos le pasa lo mismo. Un ejecutivo, o un abogado mínimamente importante pedirá lo mismo.

Sin embargo, la de si necesitas ayuda pídela se carga todo lo demás, por ser tremendamente egoísta. Eso no tiene nada que ver con la profesión o la pasión de uno sino con su calidad como persona. A veces uno tiene que hacer particiones en su corazoncito para dar cabida a la gente además de a los folios.

Todo esto sin olvidar que observar los sentimientos genuinos de la gente, no los que nos muestra la televisión, nos ayudan a comprender mejor la naturaleza del objeto y sujeto de nuestro arte, el ser humano.

Considéralo un ejercicio de campo. O de laboratorio.

Anónimo dijo...

Cinco mil euretes al mes te parece conformarte con poco?

Anónimo dijo...

Mmmm... yo no soy creativo full time, pero sí majete full time.
¡¿Qué te has creído Chico Santamano?! Tú no me espantas a las mujeres.

Anónimo dijo...

Menuda colección de perlas...

Estimadas señoritas, por favor no piensen que todos los guionistas somos así. Muchos sabemos escuchar, tenemos el ego en su sitio (el nuestro no deja de ser un trabajo más, que no hemos inventado ninguna vacuna) y hemos aprendido a encargarnos de esas cosas banales que a nadie gustan, como llamar al del butano o ir al banco.
Y lo principal: no buscamos mujeres-satélite ni mujeres-secretarias o mujeres-madre, sino mujeres-mujeres. De los pies a la cabeza.

Por favor, no huyan ;)