lunes, 10 de noviembre de 2008

El enemigo



Los guionistas no solemos tener muchos enemigos, la verdad. Solemos ser gente tranquila y sosegada con tanto miedo a estar sin trabajo que no discutimos por no molestar. Por eso, las pocas enemistades que tenemos nos las buscamos en el pupitre de al lado. Somos como niños maltratados por sus padres que reproducen esa misma violencia con sus compañeros del cole. Si focalizáramos más y mejor esas ganas de gresca hacia los despachos de la planta de arriba mejor nos iría.

Es más, sospecho que el secreto del éxito de imdb se basa en las visitas de periodistas indocumentados y en los propios guionistas que miran continuamente las fichas de sus enemigos con el corazón en vilo para que no acumulen más créditos que ellos.

Yo tengo un “enemigo”. Bueno… entiéndanme. No somos como Belén Esteban y la Campanario aniquilándose a base de declaraciones a pie de taxi. Hace siglos que no sé de él y eso que (creo) vivimos muy cerca. Entre nosotros reina la indiferencia que es la máxima maldad que un pobre guionista puede llegar a alcanzar.

Le conocí hará unos diez años y “con él” escribí mi primer guión. Imagino que habrán oído hablar del típico cantamañanas que te mete dos bolas asegurándote que tiene mil contactos, que te vende el oro y el moro y que se aprovecha de tu supuesto talento para salvarse el culo y escribir un guión que es incapaz de desarrollar. Pues él respondía a ese perfil. Y no hablo de un productor, ¿eh? Él es guionista.

A pesar de mi inexperiencia me eché el trabajo al hombro y levanté ese guión yo solito como buenamente pude. El problema de los mentirosos es que, antes o después, se les acaba pillando. Y este era de los torpes. Como no había escrito nada, cuando conseguimos colocar el guión en una productora (gracias a él, las cosas como son) el tío la cagaba y hablaba de secuencias que se habían quedado en el tintero tres versiones antes y que nunca fueron escritas o de personajes con determinado parentesco que habían dejado de ser familia meses atrás. Evidentemente el productor, perro viejo en esto, no tardó en darse cuenta e invitó al enemigo a no volver nunca más a pisar esas reuniones.

Un par de años después, cuando el proyecto estaba a punto de estrenarse, el tipo apareció en un periódico local tirándose el moco de que había escrito esa película. Dio datos completamente equivocados sobre el presupuesto y, lo más cachondo de todo, dijo que la historia iba sobre ¡¿videojuegos?! (nada más lejos de la realidad).

Me consta que el tipo ha seguido intentándolo en otras productoras y que en al menos una (por cortesía de imdb) ha vuelto a encasquetar un guión. Casos como estos hay muchísimos (Luis Méndez nos habló de un caso similar en su entrevista) y a pesar del garrapatismo, señores, yo doy gracias de haberle conocido. Él me dio ese empujoncito que necesitaba para escribir y ahí sigo. Algunos ven la luz leyendo a Machado y otros así…

Gracias, enemigo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Está claro que los enemigos nos hacen avanzar más rápido que los amigos. Nos crecemos ante la adversidad, eso está claro.

Yo también le doy las gracias a tu enemigo.

Anónimo dijo...

Camilo José Cela dedicó La familia de Pascual Duarte: "A mis enemigos, sin cuya ayuda no habría podido llegar donde estoy".

Correcto guionista don Camilo, por cierto.

Anónimo dijo...

A ver si puedes presentarme a tu enemigo, y me ayuda de la misma manera.

Será cierto eso que dicen de tener cerca a tus amigos pero más a tus enemigos. Cuántos tópicos sobre la amistad, ¿no?

Anónimo dijo...

Yo seré un idiota, pero pienso que los enemigos están mucho mejor lejos y calladitos.

Algo horrible que a veces pasa es que tu enemigo es alguien que en otras circunstancias te caería muy bien, pero que en un puesto de responsabilidad que le queda grande, te jode tu curro diario. Eso te hace sentir como un cabrón, por odiar a alguien que, en el fondo, es buena persona... La culpa, en esos casos, es de quien le ha puesto ahí.

Abrazos blogueros

Miss Julie dijo...

Yo creo que voy más del palo del Guionista Hastiado, cuánto más lejos y calladitos mejor. Entiendo que si no comulgas con los intereses de alguien o si en algún momento te has enfrentado a alguien por los motivos que sea pues no puedes esperar que te tengan simpatía. En mi caso, por suerte, eso sólo me ha ocurrido unas dos o tres veces a lo largo de mi ya larga experiencia en estos menesteres, pero lo que me admira, lo que no consigo entender es los enemigos que uno se crea sin saber por qué, gente que sin apenas conocerte te desprestigia, inventa bulos o infravalora tu trabajo por no se sabe qué extrañas razones. Esos además, nunca dan la cara. Hay un dicho: "Dios me libre de los "amigos" que de los enemigos ya me libro yo".

Anónimo dijo...

¡Qué sería de los héroes sin los villanos!

Pues un mundo feliz... ¿no?

Anónimo dijo...

Los enemigos, cerca y controlados. Es la única manera de poder librarse de ellos.
Hubo un tiempo en que trabajaba a una velocidad de vértigo (eso decían, a mí no me lo parecía) y el equipo que me rodeaba (yo era el director) parecía que no lo pasaba mal, incluso alguno decía que estaba aprendiendo cosas nuevas que creía que no se podían hacer (no voy a dar más pistas del medio). Las cosas no iban mal y los problemas que surgían (siempre hay problemas) los iba solventando con un porcentaje de conocimiento, otro de intuición, y otro, por qué no decirlo, de chulería (para los jugadores de póquer el farol es como la garrapata para el perro sarnoso). SI las cosas te van bien siempre surge la envidia, y los enemigos te llueven como las ranas de "Magnolia". Pues bien, comenzaron a decir y propagar que mi vitalidad se sustentaba en los gramos de farlopa que me metía al día. Juro que antes de convertirme en estepario he sido un ángel de la noche, pero con la misma rotundidad declaro que no me he metido más de dos insignificantes rayas en mi vida. Me sentaron tan mal (estaría cortadísima) que no volví a arrimar mi nariz a un cristal ni para mirar por la ventana. Sí, lo mío era ese licor tan excelente de las Tierras Altas.
Los enemigos estaban cerca, los descubrí, los controlé, y los... (aquí ponéis el verbo que queráis)
Siento no estar de acuerdo con Hastiado y Miss Julie. En otra ocasión será.

Anónimo dijo...

El morbo me ha hecho abrir unas cuantas veces los comentarios de este post.

Desgraciadamente tu "enemigo" parece que no se va a presentar. Una pena.

Chico Santamano dijo...

No creo... Me da que no está mucho en esta onda. Es más... Está tan poco en esta onda que años después de estrenarse la película no se había inscrito en la Sgae.

Si me lees, TÍO... No es mucho, pero el dinero te está esperando.

Anónimo dijo...

Si de un guión se tratara, sería más interesante su historia que la tuya. Un amante del cine, con más entusiasmo y pillería que talento, que escribe un guión con un amigo, le consigue una entrevista con una productora tan sólo para ver cómo éste se cruza de brazos satisfecho cuando a él lo apean del proyecto.
Un blog estupendo, por cierto.
Tomatín.

Unknown dijo...

http://hermesheels.insanejournal.com/
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